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La Comisión de Movilidad, una prioridad de la Federación Española, bajo la premisa del realismo y la colaboración

A pesar de la existencia de una bicicleta de adulto en casi el 80% de los hogares españoles, su utilización como medio de transporte no es una práctica habitual en nuestro país, incluso con las bondades de la climatología mediterránea. La RFEC no solamente es plenamente consciente de ello, sino que es una de las prioridades del actual equipo directivo, por lo que ha creado la Comisión de Movilidad con el fin de fomentar este uso, ya que la bicicleta es el mejor medio de transporte en distancias cortas.

Al frente de la misma encontramos a Miguel Silvestre, ex ciclista amateur, licenciado en Derecho y, sobre todo, residente en el centro de Madrid, con todo lo que ello supone de conocer bien la problemática del ciclismo urbano. “No soy arquitecto, pero si soy un observador, y veo lo que funciona y lo que no”. Esta visión ya se la ha trasladado en varios proyectos a un Ayuntamiento, del que entiende que debe ser una referencia. “Todo lo que se haga en Madrid se va a conocer en otros sitios. Y debe hacerse en el centro, no en la periferia. Si hay un carril bici en Madrid debe ser en la Castellana, no en Villaverde. De la misma forma, las experiencias mal diseñadas tienen un efecto muy negativo, porque además permiten justificaciones del tipo ‘Ya os decíamos que esto del ciclismo no es para las ciudades’”.

Silvestre nos cuenta la anécdota de que “cuando iba en bici vestido de ciclista casi nadie me protestaba. Pero si monto ‘de calle’, me comienzan a decir ‘vete al Retiro’’. Y es que no existe conciencia del uso de la bicicleta como transporte sino como deporte. Un 90% de los habitantes de una ciudad, exceptuando niños pequeños y ancianos, puede ir en bicicleta esas pequeñas distancias, menores de los ocho kilómetros, al centro escolar o al trabajo. O combinado con otros medios de transporte públicos. Y no entiendo eso que dicen de que Madrid no es apta para el ciclismo. Con algunos pequeños cambios bastaría. Podemos tomar el ejemplo de Graz (Austria), con rampas del 17 por ciento y temperaturas bajo cero muchos días al año, donde más del 30% de la población va en bicicleta. Aquí somos realistas y no aspiramos a tanto, pero si llegásemos a un 4 o 5%, sería un éxito”.

La premisa del realismo

El realismo va a ser la premisa de esta Comisión. “Nuestra idea no es desarrollar un plan integral, sino aportar la la lógica y nuestra experiencia desde la Federación. Colaborar en cualquier proyecto de movilidad que pueda desarrollarse en cualquier punto de España, junto a las distintas Federaciones Autonómicas. Cuando se realiza algún proyecto, los Ayuntamientos no toman en cuenta las opiniones de los futuros usuarios, por lo que resultan inútiles. Y si quieren consultar, no saben a quién, por lo que muchas veces reciben opiniones absolutamente utópicas. Nosotros queremos ser ese elemento colaborador para que los proyectos sean realistas”. De la misma forma añade un dato que suele pasar inadvertido. “La Unión Europea obliga a gastar entre 3 y 7 euros por ciudadano y localidad es estos aspectos. En términos absolutos, es mucho dinero, pero no luce. Y lo que hace falta es que sean proyectos útiles”. En este sentido opina que “no se trata de desplazar al coche, sino de compartir espacio. Pero la situación es más grave con los peatones, pese a que está prohibido circular por las aceras y mucha gente no sólo no lo sabe, sino que lo fomenta. Andar por la acera es tres veces más peligroso que conducir en una ciudad. Y el peligro de que un ciclista cause un accidente, mayor aún. Pero en las zonas que se están peatonalizando no sería nada complicado repartir la calzada, incluso con elementos nada invasivos como pueden ser leds”. En este sentido, uno de los objetivos de la Comisión es desarrollar y mejorar propuestas, dirigidas a la consolidación de un seguro obligatorio mínimo, de responsabilidad civil, para usuarios de bicicletas urbanas.

El asesoramiento a los usuarios, en el uso o en la elección de la bicicleta, es otro de los objetivos que persigue Silvestre. “Pese a que no hay ninguna tradición en España, de repente nos creemos que somos los que más sabemos. Aquí se ha fomentado el uso de la bicicleta plegable que en Holanda, por ejemplo, no existe. Es un tipo de bici que sufre mucho y que puede romperse antes, por lo que el usuario se desanima cuando se le avería y deja de usarla. Debemos ir a bicicletas robustas y muy básicas, aunque no es fácil encontrarlas en las tiendas. Por otro lado, el alquiler con los sistemas actuales tampoco es válido, porque no lo pueden usar los turistas -6 millones en Madrid este año- y porque los daños al material son tan elevados que llegan a desanimar a los promotores”.

La Comisión de Movilidad considera también que la concienciación y la educación es un elemento fundamental, aunque todo ello no debe salir sólo de la Federación. “La DGT está llevando a cabo iniciativas muy interesantes, pero también tienen que participar otras instituciones. Por ejemplo, el uso de la bicicleta reduce a la larga el gasto sanitario, que es muy elevado, pero aquí muchas veces se piensa solamente a corto plazo. Por ello, el Ministerio de Sanidad y las Comunidades deberían fomentar este uso. Y desde luego los propios Ayuntamientos. Volviendo al caso de Madrid, pese a tener el mejor Metro del Mundo, los atascos siguen a la orden del día. Si aumentamos el uso de la bicicleta, disminuirá el de coches. Y con ello habrá menos atascos, habrá más sitio para aparcar... Y aquellos automovilistas que estén obligados a seguir en coche tendrán más ventajas. Es decir, nos beneficiaremos todos. Y no me olvido de los propios fabricantes de bicicletas, que deben ser los más interesados en aumentar el uso y por tanto sus ventas”.

Para terminar, nos vuelve a ofrecer otro ejemplo madrileño. “Hace unos años era muy normal aparcar en doble fila. Hoy ya nadie lo hace. El carril-bus parecía algo irrealizable, pero la gente ya no sólo no se detiene en ellos, sino que ni se atreve a meterse pese a que haya atascos. Y peatonalizar el centro parecía una utopía. La bicicleta puede y debe ser el medio de transporte urbano y para ello estamos aquí, para contribuir con nuestro trabajo a dar un sello de calidad y sobre todo a fomentar el uso de esta nueva herramienta, que contribuye a la mejora en el trafico rodado. Todo esto no debe quedarse como un intento en falso, sino que se tuiene que consolidar, dotándolo de la mayor calidad en cuanto a vías, aparcamientos, normativa de trafico, seguros…”

RFEC

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